EL SÍMBOLO, LENGUAJE DE LOS MISTERIOS
El simbolismo es el lenguaje de los misterios; de hecho es el lenguaje no sólo del misticismo y la filosofía tradicional sino también de la Naturaleza, ya que toda ley y poder activo en el proceso del universo se manifiesta a los limitados sentidos de percepción del hombre por medio del símbolo. Cada forma existente, en la diversidad de la manifestación del Ser, es símbolo de la Divina Actividad por la cual es producida.
Por medio de símbolos los hombres han buscado siempre comunicar ideas que trascienden las limitaciones del lenguaje. Rechazando las diferentes lenguas concebidas por el hombre como inadecuadas e indignas para perpetuar las ideas divinas, los misterios impusieron el simbolismo como un medio ideal e ingenioso para preservar el conocimiento trascendente. A través de una sola imagen, un símbolo puede a la vez revelar y ocultar. Mientras que para el sabio el tema del simbolismo es obvio, para el ignorante es inescrutable. Por lo cual, aquel que busca develar la doctrina secreta de la antigüedad debe indagar dicha doctrina no solo en las páginas de los libros, sino en el lugar donde fue ocultada originariamente.
De profunda mirada fueron los iniciados de la antigüedad. Ellos comprendieron que las naciones nacen y mueren, que los imperios ascienden y caen, y que las edades de oro del arte, la ciencia, la filosofía y la religión son seguidas por las oscuras edades de superstición. Viendo, los sabios de la antigüedad, la necesidad de preservar para la posteridad la fidelidad de su sabiduría, llegaron a extremos inconcebibles. Esculpieron sobre la faz de las montañas y ocultaron dentro de las medidas de imágenes colosales, cada una de las cuales es una acabada perfección geométrica. Su conocimiento de química y matemáticas lo velaron dentro de mitologías que los ignorantes perpetuaron trasmitiéndolos a través del tiempo, aunque sin comprender su profundo y trascendente mensaje, y también lo hicieron en las bóvedas y arcos de sus templos, a los que el tiempo no ha destruído enteramente. Ellos escribieron en caracteres que ni el vandalismo del hombre ni lo despiadado de los elementos pueden borrar completamente.
Hoy día los hombres miran con reverencia y respeto a los poderosos Memnones elevados en las arenas de Egipto, o a las extrañas pirámides escalonadas de Palenque. Estos son los mudos testimonios de las perdidas artes y ciencias de la antigüedad. Esta sabiduría ha de permanecer oculta hasta que los hombres hayan aprendido a interpretar el lenguaje universal del simbolismo.
Oculta dentro de figuras emblemáticas, alegorías y rituales de los antiguos se halla una doctrina secreta concerniente a los misterios de la vida, doctrina que ha sido preservada "in toto” por un reducido grupo de seres iniciados desde el comienzo del mundo. Al partir dejaron, estos sabios iluminados, sus fórmulas para que otros también puedan comprender la doctrina. Pero para que los secretos no cayeran en manos incultas y fueran pervertidos, el Gran Arcano fue siempre ocultado en símbolos y alegorías; y aquellos que hoy puedan descubrir sus claves perdidas logren abrir con ellas un arcano de verdades filosóficas, científicas y religiosas.
Harmakis