RELIGIONES

 

 

 

 Es el Espíritu comienzo de todo movimiento el que impone la acción a seguir, y la materia obedece la voz de la Voluntad Divina cumpliendo el orden que ella le signa. De igual modo en el principio de todo movimiento histórico, la voluntad y el pensamiento dirigen la marcha de los acontecimientos futuros. Pues son aquellos que piensan y obran en consecuencia los que, para bien o para mal, escriben la historia. El problema radica en qué es lo que inspira al pensamiento, pues, si este está originado en la "naturaleza inferior" l del hombre, el resultado será una era antropocéntrica, materialista y atea que desprovista del Bien, de la Verdad y de la Belleza, corroe y destruye. La verdadera recta acción, ha de ser aquella que esté movida por el recto pensamiento, inspirado por la Intuición Divina. Tal es el origen de la religión. Tal es el origen de nuestra cultura judeo-cristiana, en la que se agiganta con fuerza inusitada la figura de Moisés, uno de los elegidos, Su procedencia histórica es reclamada por dos pueblos, Egipto e Israel, que se atribuyen su nacionalidad2. Pero esto no es lo esencial en virtud de que Moisés, mas allá de su nacimiento material, trae consigo el mandato Divino y a su ejecución consagra su vida-misión.

Se inicia3en Egipto, absorbe profundamente su sabiduría, devela uno por uno los Grandes Misterios4, y es esta sabiduría la que signa nuestra historia.

Un acontecimiento en la vida de Moisés marca su alejamiento del pueblo egipcio y lo conduce al encuentro de aquel pueblo sin patria que había sido elegido por la Divinidad para venerar y difundir su nombre.

Las religiones existentes en aquellos tiempos agonizaban. Debía nacer una nueva-vieja religión. Nueva porque en su faz externa debía unificar la pluralidad de Dioses de todas las religiones de aquella época bajo un solo Dios, y vieja porque debía portar la esencia de la Religión Una.

La fuente bíblica, "Antiguo Testamento", cuenta que llega Moisés a Madián o Raguel (Vigía de Dios) donde conoce a Jetro que se desempeñaba como Gran Sacerdote, y es allí donde tiene la ígnea visión del IEVE, es allí donde le llega la orden de rescatar a los hijos de Israel, es allí donde recibe las "Tablas de la Ley" grabadas en piedra, como símbolo de lo más sagrado, y es allí también donde asume la divina misión de Dios recibida.

IEVE será su guía, tetragrama sagrado del cual percibe Moisés la dualidad primera. La "I" es el principio masculino, Osiris, el espíritu creador. "EVE", la madre universal, la Isis Celeste, la sagrada concepción. De la unión de estas dos partes; Padre (Theos) y Madre (Kaos) divinos, intuye Moisés la Creación del Universo, el principio del Kosmos. Entonces busca más allá de la dualidad y el Dios de los Dioses, AELOHIM le es revelado. La Ley de IAVE es la que debe pregonar y así lo hace.

En Moisés encarnó el Verbo y lo difundió entre los hombres.

A través de Moisés, ejemplo de Recta Acción, renace el Divino Mensaje, trayendo esperanza para todos los hombres. Esperanza que ha de hacerse realidad en el corazón de los hombres de Buena Voluntad.

                                                                LIDIA E. VÁZQUEZ